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La Playa de Can Pastilla es una de las más accesibles y agradables del sur de Mallorca, ideal para quienes buscan combinar relax, servicios y ambiente familiar.
Con una extensión generosa de arena fina y dorada, esta playa se abre a la bahía de Palma, ofreciendo aguas poco profundas y tranquilas que la hacen perfecta tanto para niños como para quienes disfrutan de largos baños en el mar.
A lo largo del paseo marítimo que la acompaña, se suceden restaurantes, heladerías y tiendas de recuerdos que completan la experiencia.
La Playa de Can Pastilla también es un lugar perfecto para los aficionados al deporte. Es habitual ver personas practicando paddle surf, windsurf o simplemente paseando en bicicleta por el carril bici que conecta con El Arenal y Palma.
Además, la playa está muy bien equipada con duchas, hamacas, sombrillas y accesos adaptados, lo que la convierte en una opción cómoda para pasar todo el día junto al mar. El ambiente es relajado, con una mezcla de turistas y residentes.
La Playa de Can Pastilla es una excelente elección para disfrutar del Mediterráneo en un entorno acogedor y con todo al alcance. Una invitación al descanso y al buen vivir.
A un paso de la ciudad y del paseo marítimo, se abre una pequeña cala que invita al descanso con su ambiente relajado y familiar. Cala Estancia es el lugar perfecto para quienes desean bañarse en aguas tranquilas, disfrutar del sol sin aglomeraciones y sentir la brisa marina en un entorno cuidado.
Este rincón costero ofrece una playa de arena fina y un mar protegido por espigones, ideal para nadar con seguridad o simplemente flotar al ritmo del oleaje suave. El entorno combina comodidad y cercanía: sombrillas, bancos, accesos adaptados y pequeños bares a pocos metros de la orilla.
La imagen de Cala Estancia es la de un lugar acogedor, donde locales y visitantes se mezclan sin prisas, cada uno encontrando su rincón favorito. Aquí, el ritmo lo marca el mar y el momento: leer bajo el sol, jugar con los pies en la arena o mirar el horizonte sin pensar en nada más.
Visitar Cala Estancia es regalarse un momento de paz sin salir de la zona urbana. Una cala sencilla, bien situada y con el encanto de lo pequeño, donde cada día termina con la sensación de haber encontrado justo lo que se buscaba.
En pleno núcleo urbano de Can Pastilla, entre calles tranquilas y fachadas encaladas, se alza un edificio que guarda la memoria espiritual del barrio. La Iglesia de Sant Antoni es un símbolo local de fe, tradición y sencillez arquitectónica que invita a detenerse, aunque sea solo por unos minutos de silencio.
De líneas sobrias y fachada clara, esta iglesia de mediados del siglo XX se integra con naturalidad en el entorno costero. Su torre, visible desde distintos puntos del centro, actúa como referencia visual en un paisaje dominado por casas bajas y palmeras.
Al entrar, el interior transmite una sensación de recogimiento, con elementos decorativos discretos y una luz tenue que refuerza el ambiente íntimo.
La Iglesia de Sant Antoni es también escenario de celebraciones populares, especialmente en la festividad del patrón, cuando el templo se llena de vecinos y visitantes en un ambiente alegre y tradicional. Más allá de la práctica religiosa, es un punto de encuentro y una pieza esencial en la identidad de Can Pastilla.
Visitar la Iglesia de Sant Antoni permite descubrir otra cara del destino: la que conecta con sus raíces, su comunidad y su historia más cercana.
Desde lo alto de un pinar que domina la bahía de Palma, se levanta una fortaleza que desafía la geometría convencional. El Castillo de Bellver es único por su planta circular, por su armonía arquitectónica y por las vistas espectaculares que ofrece en todas direcciones.
Construido en el siglo XIV, este castillo combina solidez defensiva y elegancia en cada arco, patio y torre. Al recorrer sus galerías, se respira la historia de reyes, prisioneros y siglos de cambios que han ido modelando tanto su estructura como su función.
El patio central, rodeado de columnas góticas, es uno de los espacios más fotografiados de la isla.
El Castillo de Bellver no solo es una joya del pasado, sino también un mirador privilegiado. Desde su terraza más alta, la ciudad, el puerto y las montañas se extienden como un mapa en movimiento. Cada ángulo ofrece una imagen distinta, especialmente cuando el sol empieza a bajar.
Quien se adentra en el Castillo de Bellver descubre un lugar donde la arquitectura gótica y el paisaje se abrazan en perfecta armonía, dejando una impresión duradera entre muros que han contemplado siglos de historia.
Al salir de la zona más turística de Palma, aparece un tramo de costa menos concurrido que sorprende por su equilibrio entre lo urbano y lo natural. La Playa Ciudad Jardín se muestra como una franaja de arena clara, enmarcada por palmeras suaves que aportan sombra y una atmósfera serena.
Este arenal es amplio pero moderado, ideal para quienes prefieren un entorno relajado sin renunciar a accesos cómodos.
La Playa Ciudad Jardín ofrece aguas limpias y poco profundas, adecuadas para baños en familia o para paseos de día completo. A lo largo de la línea de costa, antiguos pinos y zonas verdes otorgan distintos matices al paseo peatonal, donde el paisaje cambia con la luz del día.
Además del baño, esta playa es un espacio perfecto para practicar juegos de arena, montar en bicicleta o simplemente detenerse a leer bajo la brisa marina. Su ambiente desenfadado permite disfrutar del mar sin agobios, en un entorno agradable y accesible.
Quien descubre la Playa Ciudad Jardín encuentra un lugar donde la sencillez es el valor principal: sin aglomeraciones, sin artificios, solo mar, arena y un tramo de costa donde relajarse y recargar fuerzas.
Frente al reflejo del mar y la brisa constante del Mediterráneo, se extiende un espacio de calma y convivencia: el Parque de Sa Feixina, un pulmón urbano perfumado de palmeras, cítricos y arbustos floridos.
Aquí, los senderos acarician el paisaje y conducen al visitante entre fuentes, bancales y rincones de sombra, donde el ambiente invita al descanso y a disfrutar del entorno marino.
El diseño del Parque de Sa Feixina combina zonas abiertas para pasear con áreas de vegetación más densa, creando contrastes de luz y frescor. Plazas pequeñas salpican el espacio, conectadas por pasarelas suaves y accesibles.
Las esculturas, el vaivén del agua en los estanques y el sonido de pájaros hacen del recorrido un paseo sereno y reparador.
Gracias a su ubicación privilegiada, el Parque de Sa Feixina es también lugar de encuentro para paseantes, deportistas y familias. La presencia constante del mar cercano aporta un escenario relajante, lejos del bullicio turístico pero en plena Palma.
Con cada paso se percibe cómo este parque ofrece una pausa refrescante, un aire distinto al de la ciudad y un escenario ideal para recuperar energías en contacto con la naturaleza.
El perfil de Palma se dibuja con claridad cuando se camina junto al mar. El Puerto de Palma de Mallorca es mucho más que un espacio náutico: es un punto de encuentro entre historia, movimiento y paisaje.
A un lado, el mar Mediterráneo extiende su azul profundo; al otro, la ciudad se alza con su catedral y sus murallas como telón de fondo.
Pasear por el Puerto de Palma de Mallorca es dejarse llevar por el ritmo pausado de las embarcaciones, desde pequeños veleros hasta imponentes cruceros. La zona ofrece amplios paseos, terrazas abiertas, esculturas y zonas ajardinadas, todo con el murmullo del agua como banda sonora constante.
En este enclave conviven el lujo náutico con la tradición marinera. Los astilleros antiguos, las barcas de pesca y los yates modernos comparten espacio, creando un contraste visual que enriquece la experiencia. Al atardecer, la luz transforma cada rincón del puerto en una postal viva.
El Puerto de Palma de Mallorca es uno de esos lugares donde la ciudad respira mirando al mar. Su paseo, su actividad constante y su equilibrio entre lo urbano y lo marítimo lo convierten en un escenario perfecto para disfrutar del carácter mediterráneo en estado puro.
En el corazón del casco antiguo de Palma, rodeada de calles estrechas y edificios con siglos de historia, se abre un espacio cargado de simbolismo y belleza. La Plaza del Cort es uno de esos rincones donde cada piedra parece haber sido testigo de momentos importantes y cotidianos al mismo tiempo.
Presidida por el antiguo Ayuntamiento, cuya fachada barroca destaca con sus balcones de madera y su reloj central, la Plaza del Cort combina sobriedad institucional con un encanto tradicional.
En el centro, un majestuoso olivo centenario aporta vida y sombra a este espacio lleno de calma, donde tanto turistas como vecinos se detienen para admirar la arquitectura o tomar un respiro.
Los edificios que rodean la Plaza del Cort conservan esa mezcla tan mallorquina de nobleza discreta y calidez mediterránea.
Cafeterías cercanas, bancos de piedra y faroles clásicos refuerzan la atmósfera tranquila que caracteriza a esta plaza.
Este lugar representa la esencia del casco histórico: elegancia sin ostentación, armonía entre pasado y presente, y un ritmo pausado que invita a quedarse un poco más. En ella, la ciudad muestra su rostro más sereno y auténtico.
Escondidos entre callejuelas del casco antiguo de Palma, se conservan los restos de una de las épocas más influyentes de la isla. Los Baños Árabes son uno de los escasos testimonios de la Mallorca islámica, y al cruzar su entrada parece que el tiempo se detiene
La estructura principal es una sala con doce columnas reutilizadas de épocas anteriores, que sostienen una cúpula perforada por tragaluces circulares. Esta antigua cámara de vapor aún conserva el aire misterioso y tranquilo que un día envolvió a quienes acudían allí para purificarse, descansar o conversar.
Pasear por el jardín que la rodea, con plantas autóctonas y restos de antiguas canalizaciones, completa la experiencia con un silencio que contrasta con el bullicio exterior.
Los Baños Árabes muestran cómo se integraban funcionalidad y estética en la arquitectura islámica, utilizando materiales sencillos y técnicas de construcción que respetaban el entorno. Aunque de dimensiones modestas, su valor histórico y simbólico es enorme.
Detenerse en los Baños Árabes es asomarse a una Palma diferente, más íntima, donde aún resuenan ecos de culturas pasadas. Un rincón que sigue cautivando por su atmósfera y su delicada simplicidad.
En medio del entramado urbano de Can Pastilla, hay una plaza que destaca por su ambiente tranquilo y su valor simbólico. La Plaza Pius IX es uno de esos espacios donde el día transcurre sin prisa, rodeado de bancos, árboles frondosos y la vida cotidiana del barrio.
Este espacio abierto combina sencillez y carácter local. A su alrededor, pequeños comercios y viviendas tradicionales aportan una atmósfera cercana, mientras el sonido de las conversaciones, el paso relajado de los vecinos y el canto de los pájaros llenan de vida el entorno.
La Plaza Pius IX conserva ese espíritu de punto de encuentro, de lugar compartido por generaciones. Su diseño responde a la necesidad de convivir: caminos amplios, zonas sombreadas y espacios donde sentarse a leer, tomar algo o simplemente observar cómo se mueve el barrio.
Aunque no es un lugar monumental, tiene una identidad marcada que conecta con la historia local.
La Plaza Pius IX representa ese tipo de espacios que hacen ciudad: discretos pero imprescindibles, modestos pero llenos de significado. Es uno de esos rincones que muestran la esencia auténtica de Can Pastilla, lejos del bullicio y muy cerca de su alma.
Buen lugar, cerca del aeropuerto y la playa. Zona llena de vida y muy bien comunicada.
Es una zona muy bien situada para el turista, a 2 km del aeropuerto y 8 km de la ciudad de Palma. La playa es amplia y tranquila aunque no siempre demasiado limpia. Con un paseo maritimo kilométrico. Alquilando un coche es un buen punto desde el que moverse por toda la Isla.
Un lugar muy tranquilo de sol y playa para descansar. No tiene música ni animación es muy aburrido
Nunca había estado y me ha gustado más que el arenal, tiene una estupenda playa y muchos sitios donde pasar los ratos libres y es tranquilo
Me gusta bastante Fuimos a dos restaurantes que se los recomendados. Armonía Y pizzería napoletana
Está bien situado. Ambiente guiri, pero ni comparar con la zona intermedia de la playa del Arenal
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Todo perfecto, sobresaliente la atención del personal
Ubicacion
Poco insonorizado
LA ATENCIÓN POR PARTE DE TODOS LOS EMPLEADOS
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zentral gelegen. 5 Minuten zum Flughafen und zum Strand sind es auch 5 Minuten.