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Hoteles en Cala D'or


54 hoteles

El tiempo en Cala D'or
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  • Máx. 31.0º
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  • Mín. 18.2º

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Cala D'or tiene lugares fascinantes ¡te invitamos a descubrirlos!

Imagen de Cala Gran

Cala Gran

Entre calles tranquilas y pinares mediterráneos, se abre paso Cala Gran, una de las playas más emblemáticas del sureste mallorquín.

Esta cala urbana sorprende por su amplitud, su arena clara y la transparencia de sus aguas, que cambian del azul al verde según la luz del día.

Cala Gran está rodeada por paredes rocosas bajas y una pequeña pasarela que conecta el paseo con la playa. Es fácil llegar a pie desde cualquier punto de Cala d’Or, lo que la convierte en punto de encuentro para familias, parejas y viajeros que buscan un día de sol cómodo y relajado.

A pesar de su popularidad, conserva un ambiente apacible, especialmente por la mañana o al caer la tarde.

Lo que hace especial a Cala Gran no es solo su belleza, sino la facilidad con la que uno puede combinar un baño refrescante con un paseo hasta una terraza cercana o una siesta bajo los pinos.

Sus aguas tranquilas permiten nadar sin preocupaciones, y su entorno es perfecto para quienes quieren descansar sin renunciar al encanto natural de la costa mallorquina. Un lugar que captura la esencia de la isla: sencilla, luminosa y acogedora.

Imagen de Cala Esmeralda

Cala Esmeralda

Hay calas que parecen sacadas de una postal, y Cala Esmeralda, en Cala d'Or, es una de ellas. Pequeña, acogedora y protegida por paredes rocosas, esta playa enamora con sus aguas de un verde brillante que justifican su nombre.

Cala Esmeralda se abre entre pinares que ofrecen sombra natural y un entorno muy agradable. Su tamaño reducido y el entorno residencial que la rodea le dan un aire más íntimo, ideal para quienes buscan algo diferente al bullicio de otras playas más grandes.

Desde la arena se accede con facilidad al agua, perfecta para nadar o practicar snorkel entre peces y formaciones rocosas. Lo especial de Cala Esmeralda es la armonía entre naturaleza y tranquilidad. Su forma de embudo resguarda del viento, y sus bordes rocosos permiten tomar el sol con más privacidad.

Aunque está a solo unos pasos del centro de Cala d'Or, da la sensación de haber escapado a un paraíso escondido.

Una cala que invita a quedarse más de la cuenta, a dejarse llevar por el sonido del mar y la calma de un entorno cuidado y natural.

Imagen de Cala Petita

Cala Petita

Encontrar un lugar donde el mar y la calma se den la mano no es fácil, pero Cala Petita lo consigue con naturalidad. Esta pequeña cala, muy cerca de Porto Cristo, es de esos rincones que parecen secretos compartidos entre pocos.

Rodeada de rocas y sin servicios turísticos alrededor, mantiene intacta su esencia salvaje. El acceso requiere un paseo entre senderos de tierra, lo que hace que quienes llegan lo hagan con intención. Al llegar, el mar se muestra claro, tranquilo y con ese azul casi irreal que solo se ve en lugares auténticos.

Cala Petita tiene una pequeña franja de arena que se mezcla con piedras lisas y zonas donde tumbarse con una toalla y dejarse llevar por el sonido del agua. Bañarse aquí es una experiencia distinta: sin ruidos, sin agobios, solo tú, el mar y la naturaleza.

En Cala Petita, el tiempo parece detenerse, y eso es precisamente lo que la hace especial. Es un lugar para desconectar, para respirar hondo y reconectar con lo esencial. Un refugio natural que invita al descanso profundo y a disfrutar del Mediterráneo en estado puro.

Imagen de Marina de Cala D'or

Marina de Cala D'or

En el corazón del sureste mallorquín, la Marina de Cala d’Or se presenta como un lugar lleno de encanto mediterráneo, donde el mar, la arquitectura blanca y la tranquilidad se dan la mano.

Este puerto deportivo, rodeado de colinas suaves y calas cristalinas, es uno de los rincones más agradables para pasear, comer o simplemente disfrutar del ambiente.

La Marina de Cala d’Or acoge una amplia variedad de embarcaciones, desde pequeños veleros hasta yates imponentes. El contraste entre el azul del agua y las fachadas blancas de estilo ibicenco crea una atmósfera luminosa y acogedora.

Su paseo marítimo está repleto de restaurantes, bares y tiendas con vistas al puerto, ideales para una comida al aire libre, una copa al atardecer o una tarde de compras relajada.

Pero más allá del ocio, lo que convierte a la Marina de Cala d’Or en un lugar especial es su equilibrio entre elegancia y cercanía.

Aquí todo fluye a un ritmo pausado, lejos del bullicio, pero con el dinamismo que aporta el ir y venir de barcos y visitantes. Es un punto de encuentro perfecto entre mar y tierra, tradición y modernidad, ideal para saborear el auténtico espíritu de la costa mallorquina.

Imagen de Parroquia de Santa María del Mar

Parroquia de Santa María del Mar

Situada en la pintoresca plaza central de Cala d’Or, la Parroquia de Santa María del Mar emerge con elegancia entre casas de fachadas blancas y palmeras al soplo del viento marinero.

Su arquitectura sencilla y luminosa refleja un estilo que armoniza con el entorno costero, y el interior transmite serenidad.

La Parroquia de Santa María del Mar destaca por su nave amplia y diáfana, perfecta para la luz natural que entra por las ventanas.

Su estilo ibicenco combina elementos tradicionales con líneas modernas, y el ambiente resulta acogedor tanto para quienes buscan un momento de recogimiento como para aquellos interesados en el patrimonio religioso local. A su alrededor, la plaza se convierte en punto de encuentro vecinal.

La Parroquia de Santa María del Mar comparte espacio con cafés, pequeñas terrazas y tiendas que permiten prolongar la experiencia, ya sea con una comida ligera o una pausa reflexiva en un banco bajo el sol balear.

Este templo representa un descanso del ritmo turístico, un lugar donde la espiritualidad y la arquitectura minimalista se encuentran para ofrecer calma junto al mar.

Perfecto para quienes desean descubrir un rincón auténtico y tranquilo en Cala d’Or, conectado con la identidad del lugar y su historia comunitaria.

Imagen de Parque Natural de Mondragó

Parque Natural de Mondragó

El Parque Natural de Mondragó es uno de los espacios más bellos y preservados de Mallorca, un auténtico paraíso natural situado en la costa sureste de la isla.

Este parque destaca por la combinación perfecta entre calas de aguas cristalinas, pinares, senderos y zonas húmedas que atraen a una gran variedad de aves. Es un destino ideal para quienes disfrutan del contacto directo con la naturaleza, lejos del turismo masificado.

Explorar el Parque Natural de Mondragó es una experiencia para todos los sentidos. Cuenta con rutas señalizadas de diferente dificultad que permiten recorrer el entorno a pie o en bicicleta, siempre con vistas espectaculares al mar y al paisaje mediterráneo.

Las calas de Mondragó y s’Amarador, situadas dentro del parque, son perfectas para darse un baño tras una caminata, con arena blanca y aguas poco profundas ideales para familias.

El Parque Natural de Mondragó está perfectamente acondicionado para la visita: dispone de aparcamiento, zonas de descanso, áreas de información y acceso adaptado en algunos tramos.

Es un lugar que combina aventura, relax y educación ambiental, perfecto para pasar un día en plena naturaleza, desconectar y descubrir otra cara de Mallorca, más salvaje y auténtica.

Imagen de Cala Figuera

Cala Figuera

Perderse por las orillas de Cala Figuera es como retroceder en el tiempo. Este encantador puerto natural, enclavado en el sureste de Mallorca, mantiene intacta su esencia de pueblo pesquero.

Las barcas de madera se balancean suavemente en el agua, mientras las casitas blancas con puertas verdes se reflejan en el canal que serpentea entre acantilados bajos.

Lo que hace especial a Cala Figuera es su atmósfera pausada. Aquí no hay grandes playas ni multitudes, pero sí un ritmo distinto, perfecto para pasear por sus muelles estrechos, escuchar el sonido de los aparejos marinos o detenerse en una terraza frente al mar con sabor a autenticidad. El aroma a sal y a pescado recién traído del mar lo envuelve todo.

Desde lo alto de los acantilados se obtienen vistas espectaculares de la entrada de Cala Figuera, donde el mar abraza con fuerza la costa mallorquina. Es un rincón que enamora a fotógrafos, viajeros tranquilos y amantes del Mediterráneo más genuino.

Un lugar que no necesita artificios para dejar huella: basta con el vaivén del agua, el crujido de las barcas y el alma de un pueblo que sigue latiendo al ritmo del mar.

Imagen de Santanyí

Santanyí

Caminar por las calles de Santanyí es descubrir un pueblo con alma. Sus casas de piedra dorada, su mercado lleno de vida y sus galerías de arte lo convierten en uno de los enclaves más especiales del sureste de Mallorca. Lejos del bullicio de las zonas costeras, este rincón ofrece calma, autenticidad y un fuerte vínculo con las raíces de la isla.

Santanyí es conocido por su mercado semanal, donde artesanos, agricultores y artistas llenan las plazas de color y aromas locales. Sus tiendas, cafés con encanto y pequeñas galerías se mezclan entre callejuelas que invitan a detenerse y dejarse llevar.

La iglesia parroquial, con su fachada imponente y sus detalles barrocos, marca el ritmo pausado de la vida del pueblo.

Muy cerca, calas como s’Almunia o Caló des Moro añaden el azul turquesa al paisaje, creando el contraste perfecto con la piedra y el verde del campo.

Pero lo más valioso de Santanyí es su capacidad para conquistar sin esfuerzo: con su historia, su luz y su carácter, logra que cada rincón se quede grabado en la memoria.

Un lugar que respira Mallorca por los cuatro costados y que invita a saborear la isla desde dentro.

Imagen de Portopetro

Portopetro

En pleno sureste de Mallorca, Portopetro conserva la atmósfera tranquila y auténtica de los antiguos pueblos marineros.

Su puerto natural, estrecho y protegido, acoge barcas tradicionales que se balancean con suavidad mientras el sol tiñe de dorado las fachadas encaladas. Este rincón sereno invita a dejarse llevar por el ritmo pausado del mar y a saborear cada detalle sin prisas.

Pasear por Portopetro es encontrarse con restaurantes frente al agua, terrazas donde el pescado recién capturado es el protagonista y un paseo marítimo que permite conectar con el entorno a cada paso.

El ambiente es cercano, familiar, y conserva esa esencia de pueblo que tanto cuesta encontrar en otras zonas más concurridas de la isla.

Muy cerca, el entorno natural regala calas casi escondidas y senderos que conducen hasta el Parque Natural de Mondragó. Pero lo mejor de Portopetro está en su forma de ser: discreta, acogedora y ligada al mar en cada gesto.

Las puestas de sol aquí son silenciosas y mágicas, con el sonido de los cabos tensándose y las gaviotas cruzando el cielo. Es un lugar perfecto para quienes desean respirar Mallorca con calma, rodeados de paisaje, tradición y mar en estado puro.

Imagen de Portocolom

Portocolom

Si deseas conocer uno de los pueblos más auténticos y pintores de la costa este de Mallorca, ese es Portocolom, famoso por su gran bahía natural, su ambiente relajado y su fuerte carácter local.

A diferencia de otros destinos más turísticos, aquí se respira tranquilidad, tradición y una conexión directa con el mar, lo que lo convierte en una opción ideal para quienes buscan conocer la isla desde una perspectiva más genuina.

El puerto de Portocolom es el corazón del pueblo: barcos pesqueros, casas de colores alineadas en la orilla y pequeñas tabernas donde disfrutar de pescado fresco y cocina típica mallorquina.

Desde aquí, es fácil pasear junto al agua, alquilar una barca o sentarse a contemplar la calma de la bahía.

Además, la playa de Cala Marçal, a pocos pasos del centro, ofrece todos los servicios para pasar un día de sol y mar en familia.

Uno de los rincones más emblemáticos de Portocolom es su faro, ubicado en la entrada del puerto, desde donde se pueden disfrutar vistas preciosas al mar y los acantilados.

Ya sea como excursión desde Calas de Mallorca o como base para explorar la zona, este pueblo es una joya que merece ser descubierta sin prisas.

Opiniones de Cala D'or

Mapa de hoteles en Cala D'or

Últimos comentarios de clientes

Aquí encontrarás comentarios reales de clientes sobre los hoteles donde se han alojado en sus viajes ¡inspírate!

8.0
Hotel Gavimar Cala Gran Costa Sur & Resort
24/03/2025 - anónimo - Baleares

Lo mejor los animadores

Lo peor, que hoteles pone que tiene piscina climatizada y la verdad nos quedamos chafados por que no existía.

7.3
Hotel Gavimar Ariel Chico Hotel and Apartments
04/11/2024 - anónimo - Baleares

La animación

Comida poco variada y poca calidad

6.3
Hotel MarSenses Ferrera Blanca - Adults Only
23/10/2024 - anónimo - Pontevedra

La ubicación del hotel; en frente de una cala muy bonita. Además, el centro de tiendas y restaurantes prácticamente al lado también. El centro de cala d'or está a unos 15 minutos andando.