Hoteles en Bahia San Antonio

Cala Bassa

Cala Bassa es una de esas joyas naturales que definen la esencia de Ibiza. Situada en la costa oeste de la isla, esta playa de aguas cristalinas y arena fina es un paraíso donde la belleza del entorno se combina con una atmósfera relajada y sofisticada.

Rodeada de pinares que proporcionan sombra natural, Cala Bassa ofrece un entorno ideal tanto para quienes buscan tranquilidad como para quienes desean un día de diversión junto al mar.

Al llegar, la primera impresión es deslumbrante: el azul del agua parece sacado de una postal, y el contraste con el blanco de la arena es simplemente hipnótico. Aquí se puede nadar, hacer snorkel o simplemente flotar y dejarse llevar por el vaivén del mar. Además, esta cala cuenta con servicios que van desde tumbonas y deportes acuáticos hasta restaurantes y beach clubs con música en vivo y cocina mediterránea.

Pero más allá de su fama, Cala Bassa conserva un encanto especial, esa sensación de estar en un rincón cuidado por la naturaleza y respetado por quienes lo visitan.

Un lugar donde el tiempo parece detenerse, perfecto para desconectar y disfrutar de uno de los paisajes más bellos de Ibiza.

Caló des Moro

Caló des Moro, en Ibiza, es una pequeña cala con gran personalidad, escondida en pleno núcleo urbano de San Antonio. Aunque no es la playa más extensa de la isla, su encanto radica en su ambiente animado, su ubicación privilegiada y las inolvidables puestas de sol que aquí se viven como un ritual diario. Es el punto de encuentro de viajeros que buscan un rincón accesible y lleno de vida.

Durante el día, Caló des Moro invita a relajarse sobre sus rocas planas o sobre la pequeña franja de arena mientras las aguas claras y tranquilas acarician la orilla. Es un lugar ideal para nadar, hacer snorkel o simplemente disfrutar del sol sin alejarse del centro.

A pocos pasos, se encuentran bares icónicos y terrazas con vistas directas al mar, donde la música chill out acompaña cada tarde.

Al caer el sol, Caló des Moro se transforma en uno de los escenarios más famosos de Ibiza. La gente se reúne frente al horizonte para despedir el día entre aplausos, colores cálidos y un ambiente mágico.

No importa cuántas veces lo veas, este espectáculo natural siempre deja huella. Un rincón pequeño, pero con alma, que conquista desde la primera visita.

Iglesia de Sant Antoni

La Iglesia de Sant Antoni, en Ibiza, es mucho más que un templo religioso; es un símbolo histórico y cultural que guarda la memoria del municipio que lleva su nombre.

Situada en el corazón del casco antiguo, su sobria fachada blanca y su torre defensiva hablan de un pasado en el que las iglesias eran también fortalezas, refugio frente a los ataques piratas que azotaban la isla.

Construida en el siglo XIV y ampliada en los siglos posteriores, la Iglesia de Sant Antoni destaca por su sencillez arquitectónica y su fuerza simbólica. Al entrar, el ambiente es sereno y acogedor. Los muros gruesos, los techos de madera y los detalles de su altar mayor invitan a la contemplación y al recogimiento, ofreciendo un respiro espiritual en medio del bullicio de la ciudad.

La iglesia no solo es lugar de culto, sino también punto de referencia para la comunidad local. Aquí se celebran festividades, como la del patrón Sant Antoni Abat, que llenan de vida y tradición sus alrededores.

Visitar la Iglesia de Sant Antoni es también una forma de conectar con la historia de Ibiza.

Espacio Cultural Sa Punta des Molí

El Espacio Cultural Sa Punta des Molí es uno de los rincones más singulares y encantadores de la bahía de San Antonio, en Ibiza. Lejos del bullicio de la fiesta, este lugar es un homenaje a la historia, la tradición y la tranquilidad.

Ubicado frente al mar, reúne en un mismo entorno un antiguo molino de viento restaurado, una noria tradicional, una casa payesa típica ibicenca y un auditorio al aire libre.

Pasear por el Espacio Cultural Sa Punta des Molí es sumergirse en la Ibiza más auténtica. El molino, con sus aspas inmóviles y su silueta blanca, evoca los días en los que la isla vivía del campo.

La casa, con su arquitectura sencilla y robusta, recuerda la sabiduría de una construcción adaptada al clima mediterráneo.

Todo el conjunto ha sido rehabilitado con mimo para preservar su esencia y ofrecer un espacio de encuentro cultural.

Hoy, el Espacio Cultural Sa Punta des Molí acoge exposiciones, conciertos, talleres y actos comunitarios, convirtiéndose en un faro de cultura local.

Su ubicación privilegiada junto al mar lo convierte también en un lugar ideal para contemplar la puesta de sol.

Huevo de Colón

El Huevo de Colón, en Ibiza, es uno de los monumentos más curiosos y emblemáticos de Sant Antoni.

Situado en una rotonda del centro urbano, esta peculiar escultura sorprende a quien la descubre por primera vez: un enorme huevo de hormigón que en su interior alberga una réplica de la carabela Santa María, el barco más célebre del viaje de Cristóbal Colón.

El Huevo de Colón fue inaugurado en 1992 para conmemorar el 500 aniversario del descubrimiento de América, y representa no solo un homenaje al navegante, sino también un guiño a la leyenda que sostiene que Colón nació en Ibiza.

Sea cierta o no, la historia ha dotado a este monumento de un aura especial que mezcla mito, identidad local y orgullo isleño.

Más allá de su valor simbólico, el Huevo de Colón se ha convertido en uno de los puntos de referencia más fotografiados de Sant Antoni.

Su diseño original invita a la reflexión y a la sonrisa: ¿cómo meter un barco dentro de un huevo?

El resultado es tan inesperado como icónico. Para los visitantes, representa el inicio de nuevas rutas; para los locales, es un símbolo entrañable que siempre señala el camino de vuelta a casa.

Faro de Ses Coves Blanques

El Faro de Ses Coves Blanques, en Sant Antoni, Ibiza, es mucho más que una antigua guía marítima.

Situado en un enclave privilegiado frente al Mediterráneo, este edificio histórico ha sido testigo del paso del tiempo, del ir y venir de barcos, y hoy se ha transformado en un espacio cultural que conecta el pasado con el presente.

Construido en el siglo XIX, el Faro de Ses Coves Blanques cumplió durante décadas su función de señal luminosa para navegantes, hasta que fue sustituido por sistemas más modernos. Lejos de quedar en el olvido, el edificio fue restaurado con cariño y hoy alberga exposiciones temporales, eventos artísticos y encuentros culturales que dinamizan la vida del municipio.

El entorno del Faro de Ses Coves Blanques es también parte de su encanto. Su fachada blanca contrasta con el azul profundo del mar, y los atardeceres que se observan desde este punto son simplemente mágicos.

Sentarse frente a él, con la brisa marina y la tranquilidad del entorno, se convierte en un pequeño acto de contemplación.

Paseo Marítimo de Sant Antoni

El Paseo Marítimo de Sant Antoni, en Ibiza, es un viaje sensorial a lo largo del Mediterráneo. Desde que amanece, esta vía costera cobra vida con el sonido de las olas, el aroma del mar y el ir y venir de quienes disfrutan de sus vistas privilegiadas.

Extendiéndose desde el puerto hasta zonas como Caló des Moro, el paseo ofrece un recorrido lleno de contrastes: desde la tranquilidad de las primeras horas del día hasta el ambiente vibrante del atardecer.

A lo largo del Paseo Marítimo de Sant Antoni se despliegan terrazas, bares, tiendas y zonas ajardinadas que invitan a detenerse, tomar algo, o simplemente sentarse a observar el movimiento de la bahía. Los yates en el puerto, los barcos que salen a excursiones, las parejas caminando al ritmo del sol: todo suma a la esencia viva de este lugar.

Cuando el sol comienza a descender, el paseo se convierte en una pasarela natural para ver una de las puestas de sol más famosas del mundo. El cielo se tiñe de naranja, los aplausos se mezclan con música chill out y la magia flota en el ambiente.

El Paseo Marítimo de Sant Antoni no solo se recorre con los pies, también con el alma.

Yacimiento Fenicio de Sa Caleta

El Yacimiento Fenicio de Sa Caleta es una de las joyas arqueológicas más importantes de Ibiza, un testimonio silencioso de los orígenes de la isla como punto estratégico en el Mediterráneo.

Situado sobre un acantilado con vistas al mar, este asentamiento, datado en el siglo VIII a.C., fue el primer núcleo urbano fenicio en Ibiza y sentó las bases de lo que siglos después sería la ciudad de Eivissa.

Pasear por el Yacimiento Fenicio de Sa Caleta es recorrer calles estrechas trazadas hace más de 2.700 años, observar los cimientos de antiguas viviendas y asomarse al estilo de vida de una cultura que dominaba el comercio marítimo. La organización del espacio refleja la funcionalidad y el carácter práctico de los fenicios, que escogieron este lugar por su fácil defensa, su cercanía al mar y su acceso a recursos naturales.

Hoy en día, el Yacimiento Fenicio de Sa Caleta está protegido como Patrimonio Mundial por la UNESCO, y es una parada imprescindible para quienes quieren conocer la historia profunda de Ibiza. El contraste entre las ruinas antiguas y el azul del mar crea una atmósfera única.

Punta Sa Galera

Punta Sa Galera, en la costa oeste de Ibiza, es un rincón distinto, casi secreto, donde el paisaje rompe con la imagen tradicional de calas de arena.

Aquí, la naturaleza ha esculpido plataformas de roca que descienden en escalones hacia el mar, formando una especie de anfiteatro natural frente al horizonte. No hay chiringuitos, ni hamacas, ni música: solo el sonido del mar y el sol acariciando la piedra.

Este paraje, cercano a Sant Antoni pero alejado del bullicio, es uno de esos lugares que se descubren por recomendación o intuición.

En Punta Sa Galera, la experiencia es casi espiritual. Muchas personas vienen a practicar yoga, meditar o simplemente a desconectar.

La puesta de sol es uno de los grandes espectáculos: el cielo se tiñe de tonos dorados y rosados mientras el mar permanece en calma, reflejando la magia del momento.

Acceder requiere un pequeño paseo entre pinos y caminos de tierra, pero la recompensa es enorme. Punta Sa Galera es pura Ibiza: salvaje, libre, sin adornos. Un lugar donde cada roca invita a sentarse, respirar profundo y dejar que el tiempo se detenga. Un refugio para el alma y una postal que nunca se olvida.