Hoteles en Jaca

La Ciudadela de Jaca, o Castillo de San Pedro, es una fortaleza pentagonal que te cautivará con su ingenioso diseño militar.

Construida en el siglo XVI para proteger la frontera pirenaica, sus altos muros y bastiones ofrecen vistas impresionantes de la ciudad.

Cruza el puente sobre el foso, hogar de ciervos, y explora su patio central y las salas que ahora albergan el Museo de Miniaturas Militares.

Recorre los pasillos de la ciudadela para conocer su historia como bastión defensivo, mientras disfrutas de los bastiones y murallas que han protegido a Jaca durante siglos. Al pasear por las murallas, te sumergirás en un viaje a través del tiempo, sintiendo la atmósfera militar que ha marcado la historia de esta fortificación, declarada Monumento Nacional y símbolo indiscutible de la ciudad.

Descubre el Monasterio de San Juan de la Peña, un refugio histórico enclavado en una roca que ha sido centro espiritual desde el siglo X.

Adéntrate en su claustro, donde los capiteles tallados cuentan historias bíblicas y leyendas medievales. Las capillas románicas y góticas se combinan con la iglesia principal para mostrar la evolución de la arquitectura religiosa.

Pasea por el monasterio y siente la espiritualidad que emana de sus muros mientras te asombras con su paisaje natural único.

El Monasterio Nuevo, construido en el siglo XVII, alberga un centro de interpretación que muestra la historia de los monjes y peregrinos que encontraron aquí su hogar. Explora los senderos cercanos, donde los bosques y las vistas panorámicas completan una experiencia inigualable.

Es un lugar que conecta historia, naturaleza y religión de forma única, haciéndote sentir parte de una tradición centenaria.

La Torre del Reloj, también conocida como Torre del Concejo, es una estructura medieval que ha sido testigo del paso del tiempo en Jaca.

Construida en el siglo XV como torre de vigilancia, más tarde se convirtió en una prisión durante varios siglos. En el siglo XIX, el reloj que le da su nombre fue añadido, convirtiéndola en un icono del casco antiguo.

Pasea a su alrededor para admirar su arquitectura renacentista y sus sólidos muros de piedra. Descubre las callejuelas empedradas que la rodean y déjate llevar por el encanto histórico de esta parte de la ciudad.

Si bien no es accesible al público, su presencia solitaria recuerda el pasado medieval y su importancia en la defensa de Jaca. Explorar este rincón te ayuda a conectar con el pasado mientras imaginas el bullicio que en tiempos llenaba las calles alrededor de esta imponente torre.

Dentro de la Ciudadela, el Museo de Miniaturas Militares te ofrece un vistazo único a la historia a través de sus dioramas detallados.

Contempla miles de figuras en miniatura, dispuestas para recrear batallas de distintas épocas, desde las legiones romanas hasta la Segunda Guerra Mundial. Pasea entre las vitrinas para descubrir cómo estas figuras muestran la evolución de la estrategia militar y los uniformes, mientras las exposiciones interactivas te permiten profundizar en el contexto histórico.

Este museo no es solo para entusiastas de la historia militar, ya que cada escena está cuidadosamente diseñada para cautivar e inspirar. Disfruta de una experiencia educativa y visualmente atractiva, donde cada diorama cuenta una historia sobre el pasado bélico y cultural.

Al terminar tu visita, recorre la ciudadela para ver cómo se aplicaron esas tácticas de defensa en el diseño del propio edificio. Una visita educativa para todas las edades.

La Ermita de Sarsa, un sencillo pero evocador ejemplo del románico rural aragonés, se encuentra en un entorno natural sereno.

Construida en el siglo XII, esta pequeña iglesia de piedra tiene frescos medievales que han resistido el paso del tiempo. Pasea por su interior para apreciar la sencillez de su arquitectura y cómo el arte sacro de la época cobra vida en sus muros.

El ambiente es tranquilo, y la conexión entre el edificio y el paisaje circundante crea un espacio propicio para la reflexión.

Originalmente, formaba parte de una aldea, pero ahora se encuentra aislada, rodeada de naturaleza. Tómate tu tiempo para recorrer el lugar, admirando cómo este rincón de historia ha sido un refugio espiritual durante siglos.

La Ermita de Sarsa es un lugar que te permite desconectar del bullicio de la ciudad y conectar con las raíces espirituales y artísticas de la región.

La Iglesia de San Caprasio es una joya románica que no puedes perderte si estás explorando Jaca y sus alrededores.

Situada en la localidad de Santa Cruz de la Serós, esta iglesia del siglo XI se erige en honor a San Caprasio, un santo del siglo IV que también da nombre a este lugar encantador.

Al entrar, quedarás maravillado con la sencillez y el encanto de su nave única, que te transporta a una época en la que la devoción era la brújula de la vida diaria. Fíjate en las pequeñas ventanas de la iglesia, que permiten la entrada de luz de forma estratégica para iluminar los frescos y el altar.

Recorre su interior para ver las bóvedas de cañón, que le dan una atmósfera serena y evocadora. Al salir, explora el cementerio medieval, con sus tumbas de piedra, mientras disfrutas del aire fresco y la tranquilidad del entorno.

Es una visita esencial para conectar con la historia religiosa del Alto Aragón.